Aprovecho el Orden Astrológico que hoy se presenta para exponer al universo que me incluye, algunas situaciones que significan fantasmas en mi pasado.
Desde mi entendimiento actual agradezco enormemente cada una de las cuestiones que a través de estas lineas hago públicas, ya que en parte es gracias a ellas que hoy soy quien soy y entiendo como entiendo, a pesar del sufrimiento que en su momento me haya significado.
La persona que motiva éstas palabras es Gisel Monja a quien no le dirijo directamente la carta por la simple razón que ella misma pidiome, con su madre de testigo, que no volviera a dirigirle la palabra.
De cierto en cierto os digo que mis sentires por ella son de puro amor desinteresado, y no existe en mi rencor alguno hacia su persona aunque tragos amargos sus actitudes me hayan generado.
La excusa para que Gisel me pida que no vuelva a dirigirle la palabra fue que esa mañana, cuando mi abuela (su madre) me pidió que la acompañe al hospital, para hacerse los análisis de sangre exigidos por el cirujano y así éste asegurarse que las condiciones en sangre presentadas son favorables para abrir a la abuela. Mi respuesta fue una negativa rotunda; A sabiendas que la única razón por la que mi abuela se estaba exponiendo a dicha cirugía era el constante empuje que recibía de parte de sus allegados, doctores y familiares; Y no por su deseo personal.
Le dije que no la acompañaba a ir a ningún lugar, estado o situación a la que se dirija contra su propia voluntad. También le ofrecí acompañarme a Traslasierras donde podía trasmitirle en el plazo de 10 días una perspectiva de la realidad, a mi parecer, mas cercana a la divinidad, técnicas de meditación, una dieta acorde a sus necesidades y respirar aire mucho mas puro, para que una vez más centrada en su ser pueda decidir el correcto proceder para con su recién diagnosticado cáncer intestinal. A lo que mi abue accede casi sin pensarlo, como única escapatoria hallada al bisturí al que se la estaba empujando; Y Gisel, como fuerte impulsora, entiende como un insulto de mi parte el haber presentado dicha oportunidad.
Cual resumen expongo que luego de observar la realidad que en 10 días tuve la oportunidad de presentar a mi abue, aprender y perfeccionar técnicas de meditación respirar aire puro, caminar por la montaña y preparar sus órganos con las dietas adecuadas, mi abuela, comprendió que se trataba de una actitud conveniente presentarse a la operación, a la cual fue, ahora bajo su propia decisión, dispuesta a la operación, y se podría catalogar de milagrosa (la operación), en parte gracias al purificado estado que supo cultivar.
Un análisis un poco mas profundo devela que el pedirme que no le dirija la palabra o pise su hogar significa un alivio para mi persona, ya que haberla tenido de tía me significó uno que otro dolor de cabeza, pero a su vez podría haber significado un impedimento para ver a mi amada abuela, quien se hospeda en el departamento de Gisel cada vez que viaja a Córdoba por sus estudios médicos.
El mayor de los dolores de cabeza que Gisel me generó fue el privarnos tanto a mi, como a mi pareja del momento, de los servicios de gas y luz, vitales para existir en la ciudad.
Para dar de alta tales servicios era requisito ser mayor de 21 años de edad, cuestión que ni Ana Ramos (quien era mi pareja) ni yo cumplíamos, por lo que Gisel nos "presta la firma" para acceder a los servicios indispensables en el departamento que acabábamos de alquilar. Fue ese el poder que le permitió cortar dichos servicios cuando se vio despechada por su reciente divorcio y no soportó que yo me siguiera tratando con mi gran amigo Albert (su ex marido)
Fue tal el despecho que sintió, que la llevó a tratarme horriblemente en plena vía pública, cuestión que debido a mi inmadurez del momento devolví con insultos del mismo nivel. Mas no conforme con habernos privado de los servicios indispensables para la vida , perjudicando así el curso de nuestras carreras universitarias, viajó a mi tierra natal, para presentar a mi familia entera una situación encuadrada a su conveniencia, manipulando así a mis seres amados poniéndolos en mi contra. Relación en que demoro largos años en reestablecer.
No significó ninguna dificultad para Gisel manipular la situación, llamándome por teléfono frente a Anahí (mi madre) y poniendo "altavoz" a sabiendas que sería brutalmente insultada, por tratarse del mi de la época, una niña inmadura, terriblemente enojada por los actos que ella venía presentando en mi perjuicio. Y ya con mi propia madre de cómplice logra hacerme odiar por toda la familia.
Después de varias semanas sin servicios, sin familia que me apoye, perjudicando a Ana quien tenía sus parientes en Tierra del Fuego, a miles de kilómetros, con hambre por no poder cocinar, calentado agua con la corriente de los pasillos del edificio (a escondidas) para asearnos. Encontramos como mejor solución rescindir del contrato y mudarnos a una pensión barata con los gastos e inconvenientes que signifique.
En un mar de lagrimas le presento la situación a la inmobiliaria, quienes se apiadan y falsifican documentos para así poder dar de alta los preciados servicios.
El proceso de liberación no podría decir hoy en día que fue fácil, aunque viendo en retrospectiva, cada instante se encargó de iluminar mas y mas mi camino vital, la esencia de mi ser.
Desde el estado de conciencia que se me es dado en la actualidad siento absoluto desapego de todo y todos, incluyendo a la propia familia (tal cual como inspiran los textos sagrados como la Biblia en Mateo 10.36 o el Bhagavad-Gita 13.9). Muchas cuestiones que en su momento me resultaran ocultas hoy resultan evidentes. Entre otras entender que mi tía Gisel siendo la mas chica de las hijas de mis abuelos maternos, ve desplazado su lugar de la mas pequeña al nacer el primero de los nietos (yo) solo 7 años después.
Mas mediante este texto dejo asentado para que el universo se de por enterado: Que soy libre de lazos familiares, no sintiendo ni mas ni menos amor por quienes ayer llamé familia, que por las aves que me regalan una dulce melodía mientras hago estas declaraciones escritas. Hoy considero tanto mi abuelo al fallecido padre de mi madre, como al viejo Molle, árbol que me supo albergar por años bajo la sombra de su copa. No siento menos madre a la luna azul que hoy se presenta al cenit del cielo, o la tierra que nos transporta por el cosmos, que la mujer que hace 30 años me dio de mamar de su pecho.
Mediante este simbólico y sencillo acto me libero de mis relaciones familiares liberando así también a ellos de mi.
Agradezco eternamente cada sutil gesto que tuvieron para conmigo, y el que me hayan aceptado como familia.
Liberada desde hoy y para siempre de lazos familiares.
Buda Cali